Empastadores y bibliotecas ¿un dialogo interrumpido?

Durante mucho tiempo, las relaciones entre las bibliotecas y sus empastadores estuvieron marcadas por una tradición de compañerismo fiel y de confianza tácita. El código de los mercados públicos, en su versión de 2001, trastornó las relaciones de fuerza, concentrando los pedidos públicos en algunos grandes talleres de empaste semimecanizado poniendo las pequeñas estructuras de empaste tradicional en gran dificultad. El desconocimiento casi general, de parte de los bibliotecarios, de técnicas del empaste y de la hechura del libro, lleva a un cierto número de errores y de incomprensiones mutuas que el artículo, dando la palabra a los empastadores, se esfuerza en corregir.
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