¿Acoger a la creación?

La adquisición de libros en una biblioteca es una actividad peligrosa e inquietante. El bibliotecario que es responsable de ello debe protegerse, contra los otros (las instituciones y sus censuras) pero también contra si mismo (contra sus gustos y sus pasiones). Ayer éste buscaba abrigarse detrás de una neutralidad más o menos complaciente. Hoy en día existen manuales que le enseñan que la compra es una ciencia que hace intervenir la moral y la sociología. Queda por saber si este exceso de precauciones no hace correr el riesgo de montar una burocracia en donde, bajo la apariencia de la “ciudadanía”, reinarán los “managers” y de instalar, lejos de los peligros y de los escándalos de la creación, una cultura aceptizada y políticamente correcta.
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