¿Hay que construir todavía bibliotecas públicas?

Los signos positivos de un interés renovado de los cargos por la lectura pública son numerosos: construcción de numerosas bibliotecas, presencia en el programa de un gran número de equipos municipales, toma de competencia intercomunal, interés más afirmado de los departamentos. Sin embargo, inquietudes e interrogaciones, ligadas a la estagnación o al desmoronamiento de los públicos, a las prácticas nuevas reveladas por encuestas, a los cuestionamientos de algunos investigadores, salen al día. La irrupción de lo digital, que toca a toda la sociedad entera, incluso la política, plantea de manera decisiva la cuestión del devenir de las bibliotecas, y los cargos sólo pueden entonces interesarse en ello. Ellos lo hacen lo más a menudo de manera positiva, abriendo las bibliotecas a su utilización, buscando apoyarse en sus aspectos positivos, reevaluando sus misiones.
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