El adolescente, esa incognita

El lugar de los adolescentes en las bibliotecas y la política de lectura en dirección de los jóvenes deberían estar en el centro de las preocupaciones de los bibliotecarios durante los próximos años. Se puede deplorar actualmente la ausencia de reflexión global, tanto en la literatura profesional como en el seno de los equipos. La cuestión de los adolescentes remite a aquella de la mediación, es decir ante todo de la relación. Nuestra relación con los adolescentes, en tanto que profesionales del libro y de la lectura, nos obliga a volver a pensar nuestro oficio. Debemos desmarcarnos de una lógica de oferta e inscribir a los jóvenes en el meollo de las acciones mismas, con un enfoque ciudadano. Esta opción implica medios, personal y presupuesto, y supone que se ponga en cuestión la formación, centrándola en los públicos.
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